¿cómo escuchas?
8 Enero 2015
Por: Alan Aldana González
Un objeto que prácticamente ya es visto en la mayoría de los lugares, son los auriculares o audífonos; con colores llamativos, un tamaño exagerado, de diadema o chícharo, es un artículo que es parte no sólo de un dispositivo, sino también de la persona que lo llega a utilizar.
Desde épocas ancestrales el sonido era parte primordial de las civilizaciones, por ejemplo: el cuerno que se utilizó para amplificar y escuchar algunos sonidos, especialmente para las personas que tenían problemas auditivos. Con la creación del teléfono, el sonido se transporta en forma de impulsos eléctricos, debido a que los transductores transmiten el sonido por medio del movimiento del receptor, aunque la calidad auditiva era mínima.
Para la década de los 50’s, se usaban audífonos de hierro móvil, que funcionaban con el mismo principio de los auriculares del teléfono, pero eran grandes e incómodos.
Existió una competencia entre el fonógrafo y los audífonos, pero al percibir que el público prefería un sonido estéreo, Koss, hizo los primeros auriculares específicamente para uso musical, teniendo así, un espectro completo de notas bajas y altas.
Posteriormente, tal invento no quedó en estos ajustes, sino que el mercado exigía una mayor calidad de audición y materiales de los mismos. La fidelidad sonora, poco a poco aumentó y abarcó más terreno e importancia en el ámbito musical, además de la moda que impone la diversidad de diseños que se miran en este producto.